La fotografía, estaba dando vueltas por todo el mundo, pues hacía no mucho tiempo, dos o tres semanas atrás, las revistas y las redes sociales estallaron con una foto de Martín y una joven chica, para luego a los pocos días volver a estallar con una foto de Ana y Julián.
La foto fue arrancada de la revista con tanta fuerza y tanta ira que parecía que el papel se iba a disolver por completo de manos de la pelirroja que lo sostenía.
—Los voy a matar. Esta vez que no le quepa dudas viejo —la mujer lanzó el teléfono tan lejos que al golpear la pared, se rompió por completo.
—Debemos hablar.
Bryan ingresa a la oficina de Xiomara, con mucha tranquilidad y parsimonia como si el actuar de la mujer no lo afectase, más bien como si la rabia que emanaba de sus ojos no lo fuese a tocar jamás.
—No tengo tiempo ahora Bryan.