Al día siguiente entre a la oficina de Domenic con una enorme sonrisa. estar tan cerca de Darcy era tan refrescante, Darcy era amable, comprensivo, y una exelente persona, creo que habia puesto bien mis ojos al fijarme en él.
Hoy nada podía arruinar mi buen humor.
— ¡Dios! Ni siquiera puedes hacer nada bien — Me dijo Domenic apenas me vio.
— ¿Y ahora yo que hice? — Le pregunté indignada.
Era el colmo que él me regañara por cosas de las que no sabía.
— Te dije que redactarlas el documento que se le iba a presentar al dueño de hotel, ¡pero no hiciste nada! — Me grito.
Yo me senté frente a él y lo quedé mirando.
— ¿Entonces por qué me dices que no sé hacer nada bien, si ni siquiera lo he hecho todavía? — Le pregunté.
Domenic abrió la boca y después la cerró de golpe.
— ¿Te estás burlando de mí? — Me preguntó.
Yo negué con la cabeza de inmediato.
— ¡Entonces ponte a trabajar! — Me grito.
Yo puse los ojos en blanco.
— Si trataras a tus empleados con más cariño, te aseguro que ellos harían