Llegué a la casa de mi padre. cuando entre, él estaba allí esperándome con Cecilia.
— ¿Ya se te pasó la rabieta? — Me preguntó.
Yo lo ignore y mire a Cecilia que tenía mala cara.
— ¿Que te pasa cariño? — Le pregunté.
Ella que estaba furiosa ahora se veía indignada.
— Hace una semana que no vienes, se supone que estamos casados — Me reclamo.
Yo me acerque a ella y le estampe un beso en los labios.
— Te deje en claro que sí te quedabas no ibas a ser feliz — Le recordé.
Cecilia me empujó.
— ¡Soy tu esposa! La duquesa de Norwich — Me dijo.
Yo me reí un poco.
— Es cierto, pero tú a mí no me provocas para nada, así que debes acostumbrarte a mi ausencia, porque prefiero mil veces acostarme con una puta, que hacerlo contigo — Le dije.
Mi padre me miró muy mal.
— Deja de decir estupideces Domenic — Me regaño mi padre.
Cecilia se acercó a mi y quiso tocarme, pero yo la aparte de inmediato.
— Recuerda que solo tienes el título de esposa, jamás serás mi mujer — Le dije.
Ella miró a mi padre, espe