En horas de la noche fui al apartamento de Charlie, él me abrió la puerta y me dejó entrar.
— ¿Te sirvieron mis sabios consejos? — Me preguntó con una sonrisa.
— si, aunque me dijo algo que me dejó un poco pensativa — Le dije.
— Cuéntamelo cariño — Me dijo.
Él y yo fuimos al sofá y nos sentamos.
— Me dijo que yo era de su propiedad — Le dije.
Charlie agarró mis hombros y me estrujó.
— Ese tipo es un sádico, sal corriendo de esa empresa — Me dijo mientras me estrujaba.
Yo lo aparte con agresividad.
— ¡deja de estrujarme! — Me queje.
— Es que contigo toca ser agresivo. ¿y tú qué le respondiste? — Me preguntó.
— Que ni drogada me metería con él — Le conté.
Charlie me miró con orgullo.
— Al menos fuiste inteligente, ahora renuncia — Me aconsejo.
Yo negué con la cabeza, renunciar en estos momentos sería como gritarle que le tenía miedo y eso no era cierto.
— ¡Me vas a matar de un coraje Clau! Ese tipo está loco — Me dijo de una manera exagerada.
— Voy a conquistar a Darcy y la única maner