Margaret abrió los ojos y se quedó muy quieta en la cama, pensando y pensando en todo lo que le estaba pasando.
¿Cómo era posible que su esposo llevará ocho años engañándola y ella no lo hubiese notado?
¿Cómo era posible que Marcus fuera capaz de entregarse a otra, de engañarla después de haberle dado tantos años de su vida?
Se sentía fea, vieja y humillada ella había conocido a Marcus siendo muy joven, se había enamorado perdidamente de él, se había jurado así misma que se casaría con él, y morirían juntos disfrutando de la vejez y tomados de la mano después de haber vivido una vida de dicha y felicidad.
Sus sueños se habían hecho pedazos y todo por culpa de Linda Catillo, si tan solo pudiera borrarla de la vida y del corazón de Marcus. . . ¡ su Marcus!, el mismo que le había jurado fidelidad ante el altar la engañaba, el mismo Marcus que había jurado hacerla feliz ahora la convertía en la mujer más desdichad