Federico y Lisa llegaron a la mañana siguiente.
-¡Tía! – gritó el joven mientras corría a los brazos de su adorada tía.
-¡Oh Fede!... no te imaginas cuanto te he extrañado mi amor.
-Y yo a ti tía, he estado anhelando que acabaran las clases para poder venir contigo.
-Te amo mi amor- luego se giró hacia su hermana y la tomó entre sus brazos
-¿Cómo has estado Lisa?
-Muy bien, las cosas van sobre la marcha, solo un problema he tenido, y es este adolescente clamando, gritando y quejándose de no poder estar con su tía- los tres sonrieron, ella no dudaba de que fuese así, Fede y ella se adoraban y desde que él nació se había convertido en lo que más amaba, aún por encima de sus padres, estaba Fede; su adorado Fede.
-¿Te quedarás?
-Solo hasta mañana, mi vuelo sale a primera hora, sabes muy bien que mi amado esposo no tolera estar sin mí- dijo Lisa con un