Capítulo 24 – Suplicar.
Narrado por Miguel.
Me vestía, frente al espejo, ante una divertida Catalina, después de haberme beneficiado de esa forma tan ruin a la que una vez estuvo a punto de ser mi esposa.
- No – la detuve, cuando se acercó a mí e intentó besarme, me miró, sin comprender – esto sólo ha sido una pequeña dosis, de lo que podrías haber tenido si no lo hubieses jodido conmigo – le dije, haciendo que me mirase sin comprender, mientras se colocaba el vestido – sé que te follabas a Jesús – declaré, dejándola sin palabras.
Me coloqué la chaqueta, agarré la cartera, el móvil y las llaves del coche, pero me detuve antes de haber abandonado la habitación de aquel hotel.
- Tú no eres diferente a mí – contestó, haciendo que me fijase en ella, con la