Él era demasiado cabezón, incluso más que yo. Me calmó, haciéndome reír, cantando en mi oído entre susurros la canción de Elton John, la única que me sabía: “Lo siento parecen ser las palabras más difíciles” Pensé en Agustín cuando él cantaba aquella canción, en cada frase que la canción decía. Y luego me separé para ver su cara, con una gran sonrisa.