- Se te olvida que siempre debo saber dónde estás. -dijo Robert con calma.
- No, no se me olvida, solo que esta vez me sorprendió tu inesperada llegada. -dijo Theo, limpiándose las lágrimas y pisando la colilla del cigarro.
- ¿Es alcohol lo que veo en tu mano? -preguntó Robert con curiosidad.
- Bueno, necesitaba un trago.
- Dame… -dijo Robert y tomó un trago. – Ya han detenido a Patricia, con lo que me dijiste más con lo que me enviaste mientras conducías aquí, he enviado al abogado a interponer una denuncia en su contra por intento de asesinato en contra de Anya.
- ¡Gracias! -dijo Theo con pesar. - ¿Cómo demonios pude convivir tanto tiempo con ella? ¿Cómo, demonios, nunca me di cuenta? Dime… ¿Con qué cara puedo ver ahora a Anya si yo fui quien le presentó a Patricia?
- Corrección, no fuiste tú, recuerda que los primeros meses jamás quisiste hablar con Anya. Yo fui quien llevó a la señorita Liliana Cedeño a conocer a Patricia.
Si hay algún culpable, si hay alguien que debía dar