Capítulo 131446 palabras Última actualización:2024-03-11 14:59:52 Adicción, es lo que es Sebastián para mi, mi cuerpo exigía a gritos ser tocado por esas manos que producen tanto fuego en mi cuerpo al punto de hacerme perder la maldita cordura. No podía resistirme a tanto placer y más si viene de mi sensual jefe. —¡Mierda!, mi casa está lejos. —golpea cabreado el volante. —¿Entonces porque no vamos a mi casa?. ¡¿Que cosa dije?!. ¡No!. Definitivamente a mi casa es el peor lugar al que podríamos ir, y ya se imaginan porque lo digo. Pero no, yo estúpidamente tengo que sugerirle mi casa. —¿Estas segura que tendremos la privacidad ahí?. —su pregunta fue como un ronroneo para mi. —¿Estas segura Marcela?. — cruzo de brazos porque todavía le da vueltas al asunto —¿Quieres o no quieres?. Al verlo sonreír por mi tono desesperado ¡Dios!, humedece mi coño por lo sensual que hace esa maldita sonrisa. Le di mi dirección y en menos de media hora estábamos frente a mi casa y lo primero que veo es
Capítulo 141097 palabras Última actualización:2024-03-11 14:59:52No, no, no, esto no es lo que tenía mente, y ahora, ¡¿Que carajos hago para sacarlo de mi casa?!. El parece divertirse al verme cabreada y eso solo me enfurece más porque no soy la burla de nadie, eso jamás. Me quedo observándolo desde la entrada de mi habitación, Sebastián se pasea por toda la habitación sin borrar ese maldita sonrisa que me pone nerviosa. "Pues claro estúpida, si este bombón te mueve el tapete". Movérmelo se queda corto y demasiado diría yo. ¡Mierda!, ver ese espectacular cuerpo, ¡dios!, esos músculos que me estrujan cuando me tiene debajo de su de él mientras gruñe como una bestia mientras que .. “ ¡No estúpida, deja de pensar en tantos morbos con tu jefe!”. ¡¡Al diablo, me lo quiero coger y no quiero verme como una fácil!!. Carraspeo mi garganta al sentirla seca por culpa de mi morbosa imaginación. —¿A que hora te irás de mi casa?. Intento verme tranquila pero, ¡mierdas no puedo, joder, aun no me
Capítulo 151431 palabras Última actualización:2024-03-18 00:38:36—¡¡Pues... si no lo sabías.. ahora la sabes!!. La rabia era la única que estaba presente pero esta empeora al ver a la perra de Marta con una lencería demasiado reveladora. Pero eso no es lo que me deja estupefacta, sin creerlo abro grandemente mis ojos al ver que su embarazo era una total farsa, ¿por qué lo digo?. ¡¡Porque estoy viendo su maldito vientre plano cuando hace no mucho se lo había visto abultado!!. Dejo a mi querido ex, tendido en el suelo convulsionando, y no de un orgasmo. Mi maldad se enciende al cien como si fuera una psicópata a punto de asesinar a su presa. Al verme entrar ella retrocede. —¡Sal de mi casa o si no.. —¿Que? —me burlo al verla tenerme miedo. —¿Acaso vas a llamar a tus "Oficiales?. —N-No.. se de que hablas.. —¡¡Ya deja de hacerte la mosquita muerta!!. —grité cabreada. —¡A este imbécil jamás se le ocurrirá una broma que pudo dejarme sin empleo!. —sus ojos observan el taser que cargo con
Ha sido un camino difícil para mí, pues, desde el día en que me casé con mi ex esposo Alan, creí que todo sería perfecto al creer que el era el indicado. Siempre soñé con encontrar al hombre perfecto, el hombre que me llevaría al altar y me juraría amor hasta la muerte pero, me di cuenta que nada es para siempre y que todos los hombres son iguales.Los primeros meses fue perfecto o eso creía yo, él era amoroso conmigo y detallista, me regalaba flores y todos los viernes me llevaba a cenar o íbamos al cine y luego terminábamos la noche con sexo o para mi hacer el amor. Pero todo eso cambió, el se volvió tan distante y frío conmigo, incluso hasta en la cama y ya estaba cansada de que todos los días sean lo mismo.La gota que rebalsó mi tolerancia fue cuando lo encontré en casa de mi vecina desnudo con su pene erecto dentro de su asquerosa vagina. ¡Ja!, y lo peor es que el muy cínico y sinvergüenza me dijo: "Mari, no es lo que piensas". ¡Como que no es lo que pienso!", ¡si tiene su verg
—Maricela, recoja mis cosas personales y envíelas a mi casa. —Si señor Smith. Hoy era el último día de mi jefe, el señor Rodrigo, y después del fin de semana tendré otro jefe. Tomando las recomendaciones de Jessica, en el transcurso de la semana visité varias empresas y deje mi currículum por si no soportaba al hijo del ogro que es mi jefe. —Jessica.. —Dígame señor. Fruncí el ceño por la extraña manera de verme. —Durante estos cuatro años, demostró ser una secretaria competente. Espero que sea así cuando Sebastián esté como su jefe. —carraspeó su garganta aclarando su voz —Por hoy puede irse temprano. Me quedo perpleja mientras lo sigo con mi vista hasta entrar al ascensor. "¡Pero que mierdas fue eso!". Vaya manera la suya de agradecerme por mis años soportando su amargura, sus reproches y sus demandas. Acaso es difícil decir: "Es una excelente secretaria siga así o un gracias al menos". Es más ni sé si lo decía por felicitarme o por agradecido, la verdad es que ni se si
—Yo no quiero ir sola. Además recuerda que podrías pasar la noche en la cárcel Jessica me entrega un vestido negro demasiado revelador, así que de inmediato lo rechazo porque aparte de rechazar su propuesta de ir, no es mi estilo este vestido. —Amiga Acepta, ya verás que cuando salgas con este vestido puesto, Alan votara baba por ti. —eleva ambas cejas al mismo tiempo. —¿acaso no te da curiosidad por ver su reacción?. —Dámelo —no se que tenía Jessica pero siempre sabia como convencerme. —Solo porque tu no dejas de insistir. Ella sabía que aún seguía encaprichada con Alan, pero yo aún no sabía si seguía amándolo o solo eran corajes por verlo feliz con otra cuando yo pienso en los momentos lindos que vivimos el y yo cuando estábamos recién casados. Después de dos horas, estábamos listas pero yo aún no me sentía cómoda con el vestido, me sentía como la prostituta de Martha con este vestido puesto. Aunque debo de admitir que resalta mas mis curvas y atributos que no crei tener, mi cabello
Estaba lista para huir así que retrocedo para aprovechar cualquier descuido de su parte pero, observo que cada vez que me alejo el da dos pasos al frente como si supiera lo que haría."¡Demonios Maricela, debiste escuchar a tu tonta conciencia!". Mis nervios estaban a mil, me había besado con mi próximo jefe, mejor dicho con mi nuevo jefe y lo peor, es que ya me había hecho a la idea de que estaría toda la noche con el en una grata velada."Dios, ahora ha de creer que soy igual que Martha, una mujerzuela regalada.Mi odiosa conciencia no se callaba por ningún segundo, pero tenía razón.¡¿Pero como demonios supo mi nombre?!. Esa es la pregunta que ronda mi cabeza.—¿Como supo mi nombre?.—Tu tatuaje, lo había visto antes —acaricia su mentón sin dejar de incomodarme con su forma de verme —Y como podría olvidar algo que vi recientemente.¡Pero que diablos dice, si eso fue hace una semana!. Y estoy más que segura que si lo vio fue cuando casi le tiro encima, el café de él señor Rodrigo, c
—Aun en mi casa, ¿porqué?.—Mari es que..Escuchó que ella forcejea con alguien del otro lado. El aire abandonó mi cuerpo y mi corazón se detuvo cuando escuché su voz decir mi nombre y no de la forma que yo me lo esperaba."Obvio estúpida, que querías si pateaste sus partes hace dos noches".—¡¿Pero quien demonios se creé para llegar tarde?!.Salgo de mi burbuja al escuchar su altanería. —¡¡¿Perdón?..—¡Que demonios le pasa para llegar tarde a su trabajo!!.—Disculpe señor Smith, pero yo no tengo un auto ultimo modelo para poder transportarme. —dije sarcástica aún sabiendo que no estaba en una posición para contradecir a nadie y mucho menos a mi jefe.—¡Van dos, así que sí fuera usted, apresuro los pasos para llegar acá!.La llamada es cortada y preocupada por no decir asustada, salí a toda prisa de mi casa, llamé a tomy un amigo que trabaja como taxista y para mi suerte estaba circulando. Al llegar ni siquiera me despedí de tomy. Marco mi entrada con rapidez y entro a pasos acelerado