CH - 30. Refugio en la tormenta
Hoy me he preparado un café bien cargado de azúcar, me ha quedado muy oscuro pero bueno.
Me siento tranquila, mi mente se siente descansada y mi cuerpo está sereno. Mi cena con Andrés fue de mucha charla, justo lo que quería. tuve la oportunidad de seguir conociéndolo. Andrés es muy analítico y organizado, le gusta tener las cosas pendientes, tanto que si es posible las anota o hace un recordatorio en su teléfono.
Me gusta aunque soy todo lo contrario a eso.
Agradecí que respetó mi decisión de no volver a hablar del trabajo y que al terminar de cenar no hizo nada apresurado, aunque me moría de ganas por besarlo. Pedimos un taxi, y nos despedimos en el ascensor cuando llegó mi turno de quedarme en el piso donde vivo. Me dijo: espero verte pronto otra vez. Sus palabras aún están frescas en mi memoria, su voz tan clara y gruesa resuena en mi cabeza, me he emocionado tanto, hoy me he despertado con un "buenos días ", quizás por eso se me ha ocurrido poner música tranquila y empezar