Llegó la hora de asistir a la escuela, y pensando en el comportamiento algo extraño de Abelardo y Fermín en estos últimos días, Claus se preocupaba un poco. Decidió llevar personalmente a Estrella a la escuela.
El rostro y la inteligencia excepcional de Estrella, le valían numerosos pretendientes en la escuela. Incluso tenía un especial club de admiradores en un foro que solo la elogiaba.
Estrella descubrió este foro por casualidad la noche anterior y, Claus lo notó también A él le molestó y decidió seguir vigilándola.
En la puerta de la escuela, Claus arregló la ropa arrugada de Estrella y la alisó un poco. Luego, le recordó: —Vendré a recogerte esta noche. Pórtate bien en la escuela.
Estrella sonrió y preguntó juguetonamente: —¿Te importa lo que discuten en esos foros?
Claus respondió: —No mucho.
Eran solo un grupo de chicos recién llegados a la adolescencia, a los que él no tomaba para nada en serio. Podía sentir que a Estrella le importaba lo que él pensaba de ella.
Si ella