CAPÍTULO 40. ESTO FUE UN ERROR.

Luego de salir del hospital, Donatto me llevó a casa de Martín a buscar mis cosas y la de Tara, a decir verdad no tenía casi nada, salí de la casa sin nada, por lo cual las pocas prendas en el morral, me las había comprado Amarantha, porque Enrico a penas salí bloqueó todas mis tarjetas y cuentas.

Fue inevitable sentir durante todo el día la tensión sexual entre nosotros, por más intentos de fijar mis pensamientos en otra parte, siempre estos me llevaban a los recuerdos de esa noche en la cual me sentí plena, feliz, una mujer amada, valorada.

Donatto tenía la capacidad de hacerme vibrar, su cercanía causaba cosquilleos en la piel y enviaba como especie de corrientes eléctricas a mi sexo, era su voz, sus gestos, sus miradas, me sentía tan tensa como las cuerdas de un violín esperando ser tocada por el músico, es así co

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