25. Causas.
El mensaje de Aaron me desconcentra.
—¿Qué pasa?
—Nada, nada, vamos.
Salimos de la oficina de Rowan, me toma de la mano, bajamos por el ascensor hasta el último piso, le doy un vistazo a la empresa y la comparo con la de Aaron en definitiva todo lo de Rowan mas es lujoso, más grande e imponente, nada se le iguala.
Me abre la puerta del auto, subimos y otro mensaje me llega.
“Seguro que me extrañas tanto como yo a ti, ¿por qué no vienes y nos quitamos las ganas? Podemos pasarla bien como antes, entiendo tus señales, todo este lío de casarte y comprar mi empresa es porque estás necesitada de mi atención, te daré toda la que quieras si vienes.”
Bloqueo el celular y lo arrojo al fondo de mi bolso, Rowan me mira de reojo.
—¿Está todo bien?
—Sí, mi amor, correos del trabajo, ya sabes.
—Vale, ¿dónde quieres ir a comer?
—Hay un restaurante japonés muy bueno cerca de aquí.
Le doy la dirección y maneja hasta allí, siento el celular vibrar en mi bolso pero lo ignoro.
—Traes mala cara,