—¿ESTÁS BIEN, NENA? —ese desgraciado me las va a pagar como le haya hecho algo.
Ella me mira a los ojos y asiente, entonces respiro tranquilo, no me puedo creer que se haya atrevido a venir hasta mi casa, nuestra casa. ¿Está buscando que lo mate?
—Abrázame, Josh.
Su suplica me conmueve. ¡Dios! Si le llega a pasar algo no sé qué habría sido de mí. Ella es todo mi universo, no podría vivir sin ella, o sin mi hijo, al que aún no conozco pero al que ya he aprendido a amar.
—Ya está mi amor, no dejaré que vuelva a acercarse a ti —le digo, y es una promesa.
Aunque tenga que matarlo con mis propias manos, pero no dejaré que ese malnacido vuelva a estar cerca de ella.
Después de mucho insistir, he conseguido que Meghan se vaya a la cama, en su estado un sobresalto como ese no debe de ser bueno.
Necesito pensar, tengo que hacer algo para que el cabrón de Freddy desaparezca d