Capítulo 1: Cruda Diferencia- Ya tengo cuatro meses de embarazo. ¿Adivina qué, mi amor? Hoy podemos confirmar el sexo de nuestro hijo.La voz, empalagosa y triunfal, atravesó la pesada puerta de roble de la oficina directiva y heló la sangre de Vanesa, provocando que se quedará estática detrás de la puerta.Su mano, que había ido a buscar el pomo para hablar con su esposo sobre su hijo, se quedó petrificada en el aire. Un silencio de muerte llenó el pasillo vacío. Luego, otra voz respondió:- ¿En serio? Déjame sentir…Un nudo de nervios le oprimía la garganta a Vanesa. Sus dedos temblaban de una forma que no podía controlar, presionó con suavidad infinita el tirador. La puerta cedió un centímetro, el espacio justo para ver.La escena que vislumbra le heló la sangre. Arturo, su esposo, estaba reclinado en su silla ejecutiva. Sobre su regazo, anidada como un gato satisfecho, estaba Adriana, la nueva secretaria. La pelirroja tenía la cabeza apoyada en su hombro, y la mano de él, se
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