Fayna salió disparada de la empresa La Sombra de la Moda, con el rostro encendido por una mezcla de furia y absoluta incredulidad, ante lo que acababa de suceder, cada paso que daba resonaba con el eco de las palabras de Olivia, sentía que no era justo lo que Louis y Julieta habían provocado, el que su cuñada tuviese que dejar expuesto su pasado, solo para proteger a Amir, porque Fayna lo entendió, Amir iba a desatar el infierno en aquel lugar y fue por ello que Olivia decidió arder en lugar de los demás.Y que decir de su pelea con Julieta, esa perra sí que la había sacado de quicio, tanto así que; ni el aire fresco de la tarde conseguía apaciguar el torbellino de emociones que la sacudía por dentro.París, con sus calles estrechas y sus majestuosos edificios antiguos, aparecía ante ella como un decorado indiferente, ajeno a su agitación, tanto así que el resplandor dorado del sol sobre los cristales le parecía casi una burla, un contraste cruel frente a su propio estado de ánimo, at

Olivia no sabía qué era lo que le estaba impactando más en ese momento, si el hecho de que, ante el primer problema, Amir Rossi simplemente se diera por vencido, o quizás era el hecho de verlo llorar.—Amir.Lo llamó con la voz temblorosa, y el CEO la vio de inmediato, no sin antes tratar, en vano, de ocultar esas lágrimas que habían humedecido sus mejillas.—¿Aún te sientes mal?, ¿te lastimé en otra parte?, ¿necesitas que te lleve al hospital?Olivia lo vio por un segundo, la forma en la que sus ojos se habían opacado, como si fuese un hombre que había perdido todo en la vida, era la derrota bailando en su rostro, cubriendo su voz, era un hombre que parecía estar a punto de morir.—Amir. —lo llamó esta vez con voz suave, al tiempo que su mano acariciaba un rizo color chocolate, estaba cubriendo parte de la frente del CEO, y Olivia no pudo evitar pensar, qué ese hombre se veía sexi aún con el cabello un poco largo y desaliñado. —Esa es mi palabra segura.Musitó Olivia, asombrándose de

Olivia y Amir se encontraban ingresando a la sala, cuando se percataron de la presencia de Theo bajando las escaleras, algo que llamó su atención de inmediato.—Theo, no sabía que estabas aquí.Dijo Olivia caminando hacia su hermano.—Sí, llegué hace un momento.Mintió con descaro al mayor, mientras que en su interior solo podía pensar, que era una mentira absurda, que lo más probable fuese que Fayna lo dejar al descubierto en poco tiempo.—La empleada me dijo que los podía esperar en la segunda planta.—¿Y en qué parte estabas?, porque pasamos por la sala de estar y no te vi allí.Indagó con verdadera curiosidad Amir, al percatarse que su cuñado tenía un poco la camisa arrugada, aunque claro que no queria pensar cosas que no eran.—O, quizás fue cuando pasé al baño, es que tuve una discusión con Julieta, y estaba un poco agitado, por eso estoy aquí.Theo llevó sus manos repetidamente a su cabello, y Amir creyó que el desorden de su camisa se debía a que lo más probable esa histérica

Amir no pudo contener el gemido que se gestó en su garganta, y simplemente lo liberó, y eso que Olivia simplemente había sujetado el tronco de su pene, apretándolo apenas un poco.—No te distraigas Amir.Susurró la curvy, al tiempo que pasaba su lengua por la cabeza esponjosa, y el CEO simplemente tuvo que cerrar los ojos, porque si continuaba observando a su diosa hacerle una mamada, definitivamente el juego terminaría de inmediato.—Eres la diosa del infierno.Aseguró, y respirando con profundidad, tratando de recordar qué era lo que debía de hacer, cubrió las perlas de lubricante, al igual que su mano, entonces lentamente se fue sobre la espalda de Olivia, apoyando una de sus manos al lado de la rodilla de la curvy, mientras que, con la otra mano, esparcía lubricante por el pequeño asterisco de la pelinegra.—Es realmente hermoso.Aseguró Amir casi con devoción, y fue cuando Olivia rastrilló con sus dientes la cabeza un poco morada del CEO, pues en verdad se estaba conteniendo para

Julieta fingió el no poder continuar hablando por el llanto copioso que en ese momento la asaltó, aunque la verdad era que había puesto demasiado gas pimienta en el pañuelo que sostenía, y que torpemente se había apoyado en los ojos, pero claro que eso el público no lo sabía.—Hace unas semanas renuncié a Stella Producciones, creo que eso es algo de dominio público, quería incursionar en el mundo de la moda, o al menos eso es lo que le dije a la prensa, pero la verdad es que nunca pude arrancar a Olivia de mi corazón, y todos esos posibles futuros que hubiésemos tenido si nuestro hijo hubiese nacido, tontamente creí que… que podía enamorarla nuevamente, porque después de todo, durante todo este tiempo Olivia se ha mantenido soltera, o al menos eso es lo que todos creían, y eso me incluye.Louis hizo una pausa sumamente dramática, en la cual su rostro se elevó hacia el techo, como buscando la fuerza divina, como si realmente las energías se le estuviesen yendo en esas lágrimas de cocod