«¡Maldita sea!», gritó Bastian frustrado cuando se dio cuenta de que empezaba a llover.«Carmen, ¿puedes ir más rápido?», preguntó Bastian, mirando al cielo, que ya estaba cubierto de nubes oscuras.«No te preocupes, ya casi hemos llegado», dijo Carmen mientras la lluvia caía sin piedad. Carmen se vio obligada a correr porque no quería empaparse. Bastian le agarró la mano con fuerza mientras le gritaba.«¡Ten cuidado, que está resbaladizo!».«¡Mi casa está justo ahí!», dijo Carmen, señalando el pequeño callejón que conectaba la calle con su casa.***En cuestión de minutos, llegaron a la casa de Carmen. Mientras tanto, la lluvia caía aún más fuerte y el aire se enfriaba.«Maldición, mi camisa está mojada», dijo Bastian mientras se sacudía las manos y miraba su camisa empapada.«Está lloviendo mucho. Entremos», dijo Carmen, abriendo la puerta de su casa e invitando a Bastian a pasar.«Siéntate, señor Mendoza. Te prepararé algo caliente. ¿Quieres té? ¿Café?».«Cualquier cosa está bien,
Leer más