MarinaDebo de ser una obtusa total. Aquí estoy dando vueltas por el salón ya casi dos horas, me siento, me levanto y así sucesivamente, solo con una idea en mente: darle una oportunidad a ese tonto de explicarse. ¿Acaso se debe a que me trajo un dulce y me he ablandado? No, no puede ser esa tontería. Aún puedo recordar su mirada de derrota cuando lo eché de mi apartamento. Tristeza, sí eso fue lo que vi en esos ojos pardos que me vuelven loca. ¡No, no no pienses en sus ojos!No puedo ser tan débil como para estar pensando en él, pero si no le doy esta oportunidad es posible que me arrepienta. Y si me estaba contando la verdad, y si en realidad el nunca planeó nada de esto y todo fue mera coincidencia… ¡Puerca vida! Yo siempre siendo tan tontaina y tan débil. Respiro profundo y caigo en cuenta que lo que estoy pensando en verdad. Si no lo escucho todo de su boca mientras lo miro a la cara, no sabré si lo que me está contando es verdad o no, y siempre tendré la duda detrás de mi. Por
Leer más