Martes, 6:00 PM.Luciana se miró en el espejo de su habitación, estudiando el vestido Alexander McQueen en azul medianoche.Y recordó.Recordó las palabras que Ethan había susurrado contra su cuello en ese vestidor privado, sus manos deslizándose por la tela, sus labios dejando promesas sobre su piel."Cuando estés en esa gala el martes, cuando todos te miren con ese vestido azul del brazo de Vanderbilt, vas a recordar quién te lo quitó primero."Sus mejillas se calentaron con el recuerdo. Una sonrisa pequeña, privada, curvó sus labios.El vestido era hermoso. Sofisticado. Exactamente el tipo que la élite de Manhattan esperaría ver en una gala benéfica.Y cada centímetro de tela llevaba el recuerdo de las manos correctas.—Estás espectacular. —La señora Harrington apareció con el collar de diamantes Sterling—. Tu abuela hubiera estado orgullosa.—Me siento como un fraude.—Te ves como una heredera. Hay diferencia. —La señora Harrington ajustó el collar—. Y recuerda, querida, esto es s
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