Casi sin pensarlo, aceptó: —De acuerdo, revisemos la grabación. —¡Joven maestro Ramírez! —exclamó Sisca, apresurada, sujetando a Nolan. Él aprovechó para palmear su mano, convencido de estar siendo cariñoso. —No tengas miedo, yo te protegeré. Sisca lo maldijo por dentro. ¿Protegerla? ¡Con las c
Leer más