Capítulo 16 —Su delitoNarrador:Al otro día, Valeria despierta en la cama de Luigi. Por un instante no entiende cómo llegó a quedarse allí, pero luego recuerda que, anoche, él la abrazó… y ella se dejó. No fue un plan, solo un impulso. Un raro y bendito impulso en medio de tanto caos.Abre los ojos despacio, siente el calor que aún queda entre las sábanas y, sin saber por qué, sonríe. Es una sonrisa pequeña, casi infantil, pero sincera. Se incorpora lentamente, estira los brazos, deja escapar un suspiro que se mezcla con un bostezo y mira a su alrededor. Luigi ya no está.A su lado, la almohada hundida delata el lugar donde durmió. Valeria la observa unos segundos y, sin poder resistirlo, se deja caer sobre ese hueco. Cierra los ojos, hunde el rostro en la tela y aspira su olor: ese aroma a jabón, a su perfume y a algo inconfundiblemente suyo.Ese olor la invade, la calma y, sin querer, le arranca otra sonrisa, más amplia, más viva. Por un momento se permite creer que todo podría esta
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