Al acercarme a la puerta, me detuve, asimilando la realidad de lo que me esperaba dentro. ¿Por qué… por qué tenía que volver allí? El peso de los acontecimientos de la noche me oprimía, y la idea de enfrentarme a Lino, de soportar más conversaciones tensas, se me hacía insoportable. Apoyé la mano en mi barriga, buscando algo de consuelo, pero ni siquiera eso podía aliviar la opresión en mi pecho.Necesitaba salir, escapar, aunque solo fuera un rato. Mi mente corría, buscando a alguien a quien llamar. Entonces, sin pensarlo mucho, saqué el teléfono y marqué el número de Jonathan. La línea sonó dos veces antes de que contestara."¿Juan?", preguntó Jonathan con voz de sorpresa y preocupación. "Oye, ¿está todo bien?"."¿Puedes verme?", pregunté, intentando mantener la voz firme. "Solo… necesito salir de aquí".Hubo una breve pausa al otro lado, como si estuviera procesando mi solicitud. “Sí, claro. ¿Dónde estás?”Miré hacia la casa, sintiendo una punzada de culpa por irme sin decirle nada
Leer más