Punto de vista de JuanSentía el corazón en un puño cuando Carmela, más fuerte que yo, me empujó contra la pared con una sonrisa burlona.—¿Me echaste de menos? —Se acercó más, y su aliento a alcohol me llegó a la nariz.—Para nada.Casi me atraganté y miré a mi alrededor, esperando ver a mis guardias, pero no había nadie. La voz de Carmela resonó en el aire—. Oh, no creas que los verás, Violet. Puede que hayas tenido suerte la última vez. Fuimos tontos... pero no creas que volveré a caer en la trampa. Estás con un niño, según tengo entendido. Ay, cómo se sentiría separarte de ese niño. Por suerte, todavía estamos en el hospital.—No. No... —tartamudeé, con el pánico creciendo en mi pecho.Los ojos de Carmela brillaron con malicia—. Grita, y tu hermano muere. Así que mejor cállate y ven conmigo. Me agarró de la mano y me arrastró por las escaleras ocultas. Estaba muerto de miedo, con la mente a mil por hora, intentando encontrar una salida.—¿Sabes qué he aprendido, Juan?Tragué sali
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