Leonardo sonrió a la remembranza de aquellos días felices en que, teniendo la inocencia propia de la dulce juventud, fijó su mirada en Arianna sin saber que no podría apartarla de ella nunca más. Su amor inocente se había transformado en uno real, uno que no dejó de sentir nunca, en ningún momento, y que tuvo mantener en secreto durante tanto tiempo cuando los ojos de ella se fijaron en su hermano, convirtiéndose entonces en un amor prohibido. Sin embargo, y aún cuando su pesar era demasiado grande, en aquel entonces decidió dejarla ser feliz con Renato, pero a pesar de ello este la había traicionado, dándole por primera vez la oportunidad de buscar aquello que durante tantos años le había sido inalcanzable...aquella mujer entre sus brazos.El relinchido de Canela los sacó a ambos de sus memorias. Mirándose a los ojos, Arianna sintió como sus mejillas ardieron. Su corazón palpitó con fuerza al ver como Leonardo se apartaba de ella para acariciar a su querido corcel. Él era todo lo opu
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