[ARI]Había tres pares de ojos frente a mí y un par más a mi lado. Mis abuelos comían despacio y al mismo tiempo me miraban fijamente, al igual que Difer y Dante, que seguían con el bocado de tarta de mora cerca de sus labios, suspendido en el aire.Ninguno preguntaba nada por más que quisieran. Era el gran día y ellos tenían miedo de que hiciera una locura, o más bien de que no la hiciera.Finalmente, cuando decidí que ya era suficiente, levanté la mirada de mi plato aún lleno y sin tocar, y suspiré bastante irritada.—¿Tienen algo que decir? —me crucé de brazos, mirando a los cuatro alternativamente.—No.—Yo estoy comiendo.—Para nada.—¿Hay más tarta y café?.Los cuatro se hicieron los que no entendían absolutamente nada. El abuelo incluso se atrevió a verme como si estuviera loca.Sí, claro. Háganse.Ni ellos creían en su inocencia.Tomé de nuevo el tenedor, de mi plato, y repuse por llevar el primer bocado del postre, a mi boca. No obstante, tal y como las otras tres veces anter

[ARI]El estómago me dolía y las manos me temblaban. Sentía mis brazos fríos, mis piernas y pies, por el contrario, hervían sobre el piso helado de mi habitación y una sensación extraña, como de un tenue cosquilleo, nacía en mi pecho y me invadía entera. Hasta podría asegurar que era como si pasarán una mano congelada por mi espalda y mi cabello. Estaba totalmente paralizada, llena de miedo y con más preguntas que respuestas. Pero, vamos, no era como si no lo supiera. Solo que ahora que estaba ahí, con mis ojos llenos de lágrimas que salían sin ningún esfuerzo y sin un qué ni para qué. Ahora que todo me caía encima como un balde de agua fría y me hacía latir el corazón tan fuerte, como si este quisiera salir de mi pecho… y ahora que lo único que podía hacer era contemplar en silencio como la realidad me golpeaba. Ahora que solo podía divagar… podía comprenderla.Podía comprender a mi madre y quizá un poco, a mi padre… y su manera de hacer las cosas… Mas no cometería sus mismos errores

[CONTINUACIÓN]—Lo siento —Difer apagó la televisión y rascó su brazo en señal de nerviosismo.Lo poco que había logrado ver era una alfombra roja digna de una ceremonia de los premios Oscar, que claro, tuvo que ser idea de la llamativa Elena. Luego, vislumbré un poco más atrás a la familia de Daniel y antes de que Difer lo apagara, vi a Daniel y a Elena, entrando al salón, tomados del brazo… pero él no parecía estar nada alegre. Era como si lo obligaran a estar ahí.Quizá desde puntos diferentes… ambos nos sentíamos atados.¿Era malo querer llorar por la persona que me había mentido y había estado con mi media hermana? ¿Era lógico seguirlo amando como el primer día que lo vi? ¿Tenía sentido querer estar a su lado pese a lo que había pasado?Quizá tenía algún problema mental. Quizá me faltaba amor propio o eran mis secuelas emocionales de mis primeros años, como decía la doctora Jones… quizá…—Yo digo que olvidemos el mal trago y mejor pensemos en los nombres ya —exclamó la abuela, an

Esta vez, fue tan raro que tocaran con tanta insistencia, que hasta los abuelos, que estaban en el patio, regresaron a la sala y miraron a Ethan, Dan y Axel, con desconfianza.Dante abrió sin mucho ánimo, pero con un gesto de tener grandes expectativas. Quizá esperaba que fuera un alien que había ido por aquellos tres hombres a una violenta extracción.Pero no.Casi me voy de espaldas al ver a mi casi suegra, entrar a la sala con una bolsa en de papel en la mano, igualita a la de su esposo, pero esa llevaba grabado con plumón una nota que decía: "Disculpa a mi esposo, fue un asno. Por favor, impide esa boda".Cubrió su boca al ver a su esposo y a su hijo menor ahí. Su nerviosismo era evidente.¿Cómo es que nadie se había dado cuenta de que ellos no estaban?Miré aterrada a Difer y ella tenía la misma expresión.—Yo, bueno… es que…. ¿Qué hacen ustedes dos aquí?—¿No debería preguntar lo mismo? —la confrontó su esposo.Ethan sonrió.—Yo vine de visita…—Yo vine a decirle que acepte la b

[ARI]Más tarde, ese mismo día, me decidí a darle todo lo que quería a Rávena. El dinero, las pruebas de la atrocidad que le había hecho a mi madre y todos sus crímenes y desfalcos. Ya no quería nada que tuviera que ver con ella o con Elena, ya no quería tener que ver con el apellido Taylor y mucho menos si llevarlo me ataba a esas mujeres.Eran idénticas, eran psicópatas o quizá mucho peor. Si dándoles lo que querían me dejarían tranquila, pues que así fuera.Lo dejaría todo en manos de la correspondiente ley.Me dolía tener que dejar a Daniel con esas personas, pero confiaba en que au familia lo iba a proteger.Yo me encargaría de proteger a la mía.—Quiero declinar.El abogado Müller cerró el documento de golpe.—¿No sabes lo que estás diciendo?—¿Esa es una pregunta? —Bufó —. Sé lo que estoy haciendo.—Si se enteran de que hiciste eso… ¿Sabes lo que pasará?Me encogí de hombros.—Busqué una buena ayuda legal.—Aria…—Sé que si declino, el dinero y las propiedades se irá a una cuen