Capítulo 99. Intentos vanos
[ARI]
—Sí alguien se opone a esta boda, que hable ahora o calle para siempre...
¡Yo! Yo me opongo.
Quisiera gritarlo a los cuatro vientos. Quisiera decirle que lo que le dije no era cierto, que lo amé desde la primera vez que estuvimos juntos y que aunque lo olvidara mi cuerpo siempre lo recordó.
Quisiera decirle que nada me haría más feliz que no se case, pero eso sería ser egoísta.
Desde las afueras del salón al que no se me permite el paso, veo como el amor de mi vida, el hombre que no solo me enseñó a amar, sino también a ver la vida de manera diferente; se une de por vida a la persona que menos esperaba.
Mi media hermana.
A la que una vez quise entender y solo me pudo defraudar.
—Los declaró, en ese caso, marido y mujer —concluye el oficiador, y en mi pecho mi corazón se contrae y el nudo en mi garganta se convierte en lágrimas.
Caigo sentada en la última grada, en la salida, sosteniendo con una mano mi vientre, y en la otra, mi prueba de embarazo con dos rayitas marcada en ella.