Francia, París.Apartamento de Odette.Odette Dubois.—¡No puedo creer que en serio te haya pasado eso! —Ya me encontraba en casa, un poco más tranquila, claro está. O al menos siento que lo estoy ya que cuento con la seguridad que me otorga mi padre a pesar de estar impacible, con una furia por dentro que apenas puede contener. O por la tranquilidad que trata de transmitir mi madre al cocinar algo de comer para mi, cuando es la principal que está expresando que está de todo, menos tranquila.Quizás ambos colaboran un poco, el tenerlos aquí es tranquilizador, ya que a pesar de que no había pasado nada seguía con un gran miedo por dentro de lo que en verdad pudo haber pasado, a pesar de que el hombre no pareciera un mal secuestrador.Ya que después de que el secuestrador colgara la llamada con mi madre seguí llorando a mares, y el emprendió un viaje, no sabía que tanto duro el viaje, solo se que en cierto momento estaba tan cansada de tanto llorar que termine por caer dormida.Y cuando
Leer más