11. El precio del rescate Lo miro, dormir tan pacíficamente; pero por debajo de la sábana me tiene agarrada la muñeca con fuerza, estar libre del enemigo; pero más prisionera que nunca de él. Cada gesto suyo es posesión, cuando despierta me acaricia con violencia contenida, como si quisiera comprobar una y otra vez que sigo siendo suya. Por primera vez lo veo temblar, no de rabia si no de miedo, el enemigo logró escapar antes de que el llegará, a un vaga por las sombras y no ha encontrado al infiltrado; por primera vez, lo veo temblar, no rabia sino de miedo, el “ diablo" El “ diablo" parecía intocable, la confianza, en voz baja y rota: — “si algo te hubiera pasado….Yo ya no existiría” Esa vulnerabilidad me golpea con más fuerza que cualquier amenaza. Podría usarlo para alejarlo; para reclamar mi libertad; pero en el fondo ya no quiero hacerlo. Mi miedo se mezcla con un deseo oscuro quiero quedarme porque aunque lo niegue mi corazón late al ritmo de el. El precio del re
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