Atraída.
Lucía estaba segura de varias cosas, pero sobre todo de una y era la evidente forma en la quel Logan, esporádicamente, la miraba. Siendo honesta, se había percatado desde hacía un par de semanas, cuando dejó de usar ropas holgadas. No era como si lo hubiera hecho a propósito, solo pensó que bien podría comenzar a probar cosas nuevas y esa era la ropa que, gracias a la “amabilidad” de Logan, hoy día tenía en su guardarropas.De alguna manera, Lucía siempre se sintió como un bicho raro, por decirlo de alguna manera, ya que era Pía quien destacaba no solo por su belleza, sino por cómo se vestía. Su hermana era quien siempre buscaba, por cualquier medio, estar a la moda. Además, Pía fue agraciada con un cuerpo atlético y curvilíneo, así que todo lo que se probaba le quedaba bien. A eso sumarle que Pía era unos centímetros más alta que Lucía. Así que sí, su hermana era quien siempre destacó (y destacaba) en todo y Lucía jamás intentó competir con ella. Y no era como si Lucía tuviera algún
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