Capítulo 71. Lágrimas e impotencia.
Ellen.La sala de reuniones de Winston Couture parecía una escena sacada de una película. Mapas desplegados, fotografías impresas, agentes de policía entrando y saliendo con carpetas, armas cortas y radios en mano. El aire olía a café frío y a tensión contenida.Ellen se encontraba sentada en una de las sillas, pero apenas podía quedarse quieta. Su pierna se movía sin parar bajo la mesa, los dedos tamborileaban en el borde del asiento y, cada tanto, sus manos subían hasta cubrirse la boca como si con eso pudiera contener un grito.Nathan.Su niño.Cada segundo que pasaba sin él era un segundo robado.Alessandro caminaba de un lado a otro, hablando por teléfono con alguien en italiano, dando instrucciones rápidas. Ellen alcanzaba a distinguir palabras como “contatti”, “sicurezza”, “collaborare”. Estaba movilizando todos los recursos que tenía en Nueva York, y eso, en otro momento, le habría parecido exagerado. Hoy, se lo agradecía con todo el corazón.Alan estaba inclinado sobre la mes
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