Hill había decidido enviar a Alessia para cubrir el horrendo crimen, dejándome marginada, porque, según él, yo ya tenía pactada una entrevista con un inventor y debía cumplir con esa misión. Enojada porque me apartaba del caso, le pedí al jefe indignada que me encargara a mí la comisión del homicidio y que, por el contrario, mi amiga le hiciera el reportaje del inventor, sin embargo Hill se mostró muy remolón conmigo. -La entrevista es importante, Jennifer, irá en la edición impresa y en la web con un video, es una entrevista muy motivadora-, me dijo. No me rendí, sin embargo, le porfié varias veces a Hill y hasta le imploré de rodillas para que me deje ir donde estaba el tipo hecho jirones. -Yo vengo siguiendo a la bestia desde un comienzo, jefe-, le recordé. Alessia me apoyó. -Yo puedo hacer la entrevista al inventor, señor, no tengo inconveniente alguno-, sonrió mi amiga. Hill, acorralado por los dos flancos, aceptó. me salí con la mía. lo que yo quería era ver a Elías G
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