92. Reencuentro
Juan Pablo cree que, por un instante, escuchó mal, porque al ser algo tan perfecto para comprender, para ser real, su mente se nubla sin razón aparente, donde Juan Pablo se queda quieto en su sitio, fijo en Gladys mientras ella acaricia su vientre, y así le crea un pinchazo en el corazón. Juan Pablo baja los ojos hacia su vientre.—Hace dos años —Gladys se apresura a decir lo que siente, temblando ya, mientras Juan Pablo permanece en silencio, con los ojos abiertos—, cuando todo esto sucedió, y me quedé sola, me enteré de algo en prisión.Juan Pablo empieza a negar, mientras sus ojos se llenan de lágrimas con lentitud debido a lo que ya imagina, lo que ésta mujer está diciéndole, por donde cree él que se está dirigiendo ésta confesión. No había temblando tanto en su vida como ahora, no había creído que una simple palabra tendría el poder de arrebatar la vida, literalmente, en cuestión de segundos, porque Juan Pablo se siente desfallecer con la primera confesión. Probablemente sea una
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