El zumbido del motor del ascensor hace que Lucy y Sawyer se separen para arreglar su ropa. El ascensor se está moviendo finalmente.Ambos se quedan mirándose fijamente como si no supieran qué decir o hacer a continuación. Acaban de tener el encuentro más íntimo desde que se habían conocido porque, a pesar de que ya habían tenido sexo, lo que habían hecho en ese ascensor, era más cercano, más intrínseco.—Eso fue… —Lucy habló primero, rompiendo el hielo.—No lo digas. Aún no hemos terminado, Lucy. —la voz de Sawyer todavía estaba ronca y cargada de deseo, mientras que sus ojos tenían un brillo particular.Un timbre corta la tensión. Cuando las puertas se abren, todo el personal está esperando al otro lado.—¡Doctora Monroe! —la jefa Ripley encabezaba el grupo de personas y fue la primera en recibirlos— Espero que el doctor Campbell no le haya dado demasiados problemas en ese ascensor.—Yo diría que fui un perfecto caballero ¿Verdad, doctora Monroe? —el tono de Sawyer había cambiado, a

—¿Sabes cómo se llama esta parte? —preguntó Sawyer.—No —susurró ella, tratando de mantener la voz firme. Su pene estaba tan duro que le costaba concentrarse.—Es la cabeza. ¿Ves cómo se curva? —Le pasó los dedos por la punta—. Es sensible para un hombre.Lucy sintió la suave cúpula. Tenía forma de hongo y era igual de suave. —Como un clítoris —dijo ella con voz inocente siguiendo el juego.En lugar de responder, él soltó sus dedos, lo que ella interpretó como un permiso tácito para explorar.Lentamente, ella deslizó los dedos por todo su pene, sintiendo cada vena que recorría su intimidante longitud. Recorrió con las yemas de los dedos desde la base hasta la cabeza y luego volvió a bajar. Tocó aún más abajo, sujetando sus testículos con la mano, llenando su palma con ellos y apretándolos suavemente. Sawyer la observó mientras ella lo tocaba, completamente imperturbable. No parecía tener ninguna prisa y se conformaba con dejar que ella lo explorara a su propio ritmo. Lucy

En ese momento, Lucy se dio cuenta de que Sawyer le estaba dando la oportunidad de defenderse, de tomar el control, y vaya si ella lo haría.—La verdad, no es una historia tan emocionante, pero estoy feliz de compartirla —respira profundamente para mantener sus nervios bajo control, mientras piensa qué decir mientras mira a Sawyer y a la jefa— Hace unas semanas, cuando estaba teniendo un día realmente malo, casi me atropella un auto, además de eso, fui a un bar luego, ya sabe, para desestresarme, y hubo una pelea, botellas volaron por el aire y un vidrio rebotó. Le echa un vistazo a Sawyer quien tiene una sonrisa secreta en su rostro, una que solo e para ella, eso solo le da más valor para continuar con su historia.—Pensé que era una lesión simple, pero la he estado sintiendo más recientemente, así que le pedí ayuda al doctor Campbell, al fin y al cabo, es uno de los mejores.—Bueno, eso tiene sentido —dice la jefa— Doctor Campbell, estoy encantada de ver que usted y la doctora Monr

Sawyer no podía creerse lo que estaba escuchando. Ese no era para nada su plan, no era para nada en lo que había pensado hacer.No podía apartarlo también, ella no. No iba a permitirlo, ya sabía lo que se sentía perderse cada vivencia con un hijo. No iba a permitir que la historia se repitiera por una maldita regla del hospital.Lucy era lo que él quería para su vida, el bebé que venía en camino era lo que él quería para su vida, no iba a dejar que todo se le escurriera de entre las manos como si nada.—Te equivocas, Lucy. Si establecemos reglas, podemos hacer que funcione —le dice él lo más rápido que puede, necesita hacerla cambiar de opinión.Cuando ella alzó la cabeza para mirarlo, todo lo que encontró fue la más abrumadora desesperación que jamás había visto en su vida, eso y miedo.No lo podía creer, Sawyer Campbell tenía miedo. En ese momento, ella se dio cuenta de lo mucho que el bebé significaba para él. No podía hacerle algo tan cruel como eso.Tenía al hombre perfecto justo

Lucy está terrada. En otras ocasiones su padre había tenido episodios, pero nunca uno como ese.Nunca antes se había lastimado y mucho menos había amenazado a otras personas con lastimarlas.Al parecer, mientras más tiempo transcurría, peor se tornaba su enfermedad. En cuanto salieran del aprieto en el que estaban, ella se encargaría de buscarle un buen médico, no le importará si tendrá que llevarlo amarrado, pero tienen que darle una solución a eso pronto.A pesar de haber pasado tanto tiempo manteniendo la situación de su padre en silencio, Lucy siente que se ha quitado un peso de encima al contarle a Sawyer lo que había pasado.Ella se traga el nudo que tiene en medio de la garganta. La situación la está sobrepasando, pero tiene que mantenerse fuerte para poder ayudar.—¿hay alguna manera de tranquilizarlo? ¿algo que funcione? —le pregunta Sawyer.—Todavía estamos aprendiendo a manejarlo —le explica ella.—Te dejé bien claro que te ayudaría en todo, Lucy. Eso también se extiende a