20. ACOSADORAS ESCOLARES
BLAIREsperé dando una vuelta por la cuadra y, faltando cinco minutos, me acerqué al telefonillo.—Hola, soy Blair Morgan, tengo una cita con la jefa de personal.Apenas di mis datos, escuché un pitido y la reja comenzó a moverse hacia un lado, dejándome espacio.Apreté la correa de la bandolera, me alisé el vestido de abuelita y caminé lo más segura que pude.No tenía muchas esperanzas y, la verdad, a medida que me adentraba a la recepción y me indicaban el despacho de personal, iba perdiendo el ímpetu.Este colegio se notaba que era para cachorros con buena posición económica. Cada detalle de la construcción, las ropas de los empleados, todo estaba bien cuidado.—Bueno, salgamos de esta vergüenza rápido —me dije, tocando con suavidad la puerta en el segundo piso.Para cuando me mandaron a pasar, me sudaba hasta el bigote. Cerré la puerta a mi espalda, internándome en una oficina regia y amplia, llena de cubículos. Al fondo me esperaba una mujer de cabello castaño.—¿Srta. Blair?
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