Luciana, que estaba al piecero de la camilla, al escuchar estas palabras dichas por Olivia, se aferró con fuerza a la camilla para no caer del impacto, pues no lo podía creer. Ese hombre que horas atrás le juraba que envejecerían juntos… ¿Cómo era posible que ahora quisiera divorciarse de ella?Y sin siquiera consultarlo primero con ella. En ese instante, sus ojos se llenaron de lágrimas, y aunque intentó contenerlas, porque no quería derramarlas delante del enemigo, estas comenzaron a brotar sin su permiso. Por eso se maldecía una y otra vez por dentro, por haberse hecho ilusiones con ese mal hombre.¿Cómo era posible que, con todo lo que le había pasado, aún siguiera creyendo en cuentos de hadas? Qué estúpida había sido nuevamente, al dejarse llevar por sus sentimientos y ahora lo estaba pagando con esta decepción.Y aquellas estúpidas lágrimas no querían dejar de rodar por sus mejillas. Pero ella sabía que no lloraba por lo que estaba escuchando, sino porque se dio cuenta de lo idi

Cuando Alexia llegó al lugar donde se encontraba Luciana, de inmediato comenzó a buscarla. Luego la vio, sentada en un banco, llorando sin cesar. Se asustó mucho por su amiga, ya que desde que la conocía, solo la había visto así cuando se enteró de que no era la verdadera hija de los Herrera.Al pensar en eso, apuró el paso, desesperada por saber qué le había sucedido a su amiga para estar en ese estado tan lamentable.Apenas estuvo cerca, se sentó a su lado y la abrazó, mientras le decía:—Llora todo lo que quieras y no te preocupes por nada ahora mismo. Después, si quieres, me cuentas lo que te pasó, para que le podamos buscar una solución juntas. Solo cierra los ojos y piensa que aquí estoy yo… para ayudarte a resolver todos tus problemas.Luciana, al escuchar las palabras de su amiga, lloró con más fuerza. Aquellas frases la hicieron recordar su pasado, cuando ambas chicas eran inseparables, casi como siamesas. Hasta sus compañeros de estudio se lo decían siempre.Alexia siempre h

Por otro lado, Maximiliano llevaba casi toda la noche buscando a su esposa, junto a su asistente, y también tenía a todo su equipo de seguridad movilizado en su búsqueda.Incluso había ido hasta la mansión de la familia Herrera a preguntar por ella, pero nadie sabía nada de Luciana. Lo único que consiguió fue una amenaza de muerte por parte de Axel, si algo malo le llegaba a pasar.Ahora mismo no sabía dónde más buscar. Tenía los ojos cansados de tanto recorrer la ciudad sin dormir.En ese momento recordó la investigación que había hecho cuando daban a Luciana por muerta, y entonces le vino a la mente que en aquel tiempo ella tenía una mejor amiga… pero no lograba recordar su nombre. Sabía que esa información la había guardado en su oficina.Pensando en eso, llamó a su asistente y le pidió que se encontraran allí. Al menos tenía un nuevo lugar donde buscar. Solo rogaba que Luciana estuviera bien… lo demás, ya lo resolvería después.Cuando ya tenía aquella información en sus manos, co

Después de que Max se había ido, Luciana miró a su amiga algo pensativa y le preguntó:—¿Crees que Olivia le dio algo en ese té?—Pues la verdad, no lo sé… pero por lo que escuché de tu esposo, pudo ser así. Lo mejor ahora es que hagas lo que te digo. Sé que no quieres involucrar a tu hija con la familia Oliveros, pero por ahora es la única salida que tenemos para detener a Olivia.Alexia se quedó en silencio un momento, pensando, y luego dijo:—Mi padre me contó que Maximiliano es el heredero de toda la fortuna de esa familia… y creo que por esa razón Olivia está montando ese show barato, solo para casarse con él y asegurarse de que su hijo sea el único heredero.Luego agregó:—Así que, si yo fuera tú, mañana mismo le contaría la verdad a Max, que tiene una hija. Después te inventas cualquier excusa para no llevarla a vivir a esa casa con su familia… dado que, eso es lo que más temes, ¿cierto?—Porque sé muy bien que esa gente te va a querer obligar a llevar a tu hija para que viva c

Luciana estaba un poco nostálgica por lo que había dicho anteriormente Francisco, pues recién se dio cuenta de lo feliz que podría haber hecho a la abuela de Maximiliano si hubiese regresado antes, y ahora se culpaba por ello.En su mente se dijo que, después, iría al cementerio a visitarla y le pediría perdón, ya que por su culpa no pudo conocer a su única bisnieta. Estaba sinceramente arrepentida, pero sabía que no podía devolver el tiempo, ¿cierto?Doña Beatriz siempre la había tratado muy bien. Desde que se casó con Max, fue como una verdadera abuela para ella. Luciana sabía mejor que nadie cuánto la quería, ya que siempre anteponía su cariño por encima del que mostraba a su propio nieto.Luego, al escuchar que don Francisco quería conocer a su hija, su respuesta fue casi inmediata: un sí. Pues la noche anterior había ido a la mansión de sus padres a ver a su pequeña y le había contado todo sobre quién era su padre. Además, no tenía motivos para negarse, ya que su hija había recib