Ava Hills.Desde que llegué a Milán, mis días han estado plagados de trabajo, luces brillantes y un mar de creativas ideas.Cada desfile, cada cena con socios y otros diseñadores de alta costura ha sido un carnaval de glamour y elegancia.Sin embargo, mientras me deslumbran los encantos de esta ciudad, mi mente siempre regresa a Liam.La moda es, sin duda, una industria apasionante que consume cada fibra de mi ser.Al caminar entre las luces del espectáculo, sintiendo la energía vibrante de los asistentes, no puedo evitar recordar las conversaciones que solía tener con Liam cuando era mi esposo.Me gustaría compartir estos momentos con él, pero la distancia y las exigencias de este mundo creativo son abrumadoras.Estoy atrapada en una serie de compromisos que me hacen sentir que estoy viviendo dos vidas a la vez: una en la pasarela y otra en mi corazón.La atmósfera dentro del elegante restaurante está cargada de expectativa y sofisticación.La decoración es un festín para los ojos; a

Ava Hills.La tarde en París se sentía diferente. Mi corazón estaba en llamas.La tristeza se apoderaba de mis emociones.—¿Cómo es posible que nadie me avisó que Liam estaba en París.—El señor David, fue quien atendió las llamadas.La mucama se mostraba extrañada de que yo no hubiese recibido los mensajes que me había dejado con mi socio.La sola mención de que Liam me hubiese buscado me llenaba de alegría, pero aun así, una nube oscura de preocupación me envolvía.—¿Cómo que David lo sabía?—Así es señorita Ava, nos apresuramos a llamar porque ese caballero hizo un tienda de campaña en la entrada de la mansión, hasta llamamos a la policía.Pensé en despedir a la sirvienta que me estaba contado lo sucedido, pero no tenía caso.“¡Rayos!, David me va a oír”, pensé enfadada.La ira estaba hirviendo dentro de mí. Liam había cruzado el océano para verme y no supe nada.La idea de que él pudiera estar decepcionado me consumía.—Llévame a casa de David, de inmediato—Le ordené a mi chofer.

Ava Hills.Conté los días, los meses y las horas para regresar a Texas.Cada segundo se sentía como una eternidad, pero finalmente, el momento había llegado.Me moría de ganas por ver a Liam, aunque sabía que solo obtendría su rechazo.Aún así, el deseo de reunirme con él era más fuerte que la ansiedad que me provocaba su indiferencia.Camino hacia el lugar donde siempre estuve más feliz, y la idea de encontrarme con Liam me llena de emoción, así como de temor.Había tantas cosas sin resolver entre nosotros, tantos enredos que la vida había tejido. Pero con todo lo que había pasado, había algo sobre mí que había cambiado.Ya no era la misma Ava que había dejado Texas tiempo atrás. Ahora, era diferente: más fuerte, más decidida.Casi llegando a la manada Resplandor mi instinto me dijo que había cosas más urgentes que resolver, viejas deudas por cobrar.Solo así tendría la paz necesaria para reconquistar a mi Alfa.Había indagado la nueva dirección de los Davis, pero antes fui a la esta

Ava Hills.Me sentía extraña mientras caminaba por el pasillo del tribunal.La condena de Camila y Charles había sido clemente, muy suave el castigo para mí pensar.Antes de este momento, había anticipado con gusto y satisfacción el día del juicio, imaginando cómo finalmente verían la justicia prevalecer.Sin embargo, lo que presencié me dejó un vacío profundo y una decepción.Mi familia decía que era demasiado sentimental, yo deseaba apelar esa decisión del juez.Más no me quedaron ganas al ver a Mel, con ese rostro desgarrado, arrodillada ante el estrado, llorando por su futuro y el de sus padres.Ahora todo eso era parte de lo que sería su nueva vida sin lujos ni dinero y con sus padres en prisión.En vez de sentirme felíz por la tan esperada justicia, lo que realmente me quedó fue la manifestación palpable de un remordimiento irreparable, y eso me llenaba de tristeza.“Al malo lo atrapa su maldad.” , pensé tratando de consolarme.Pasé el día sumida en mis pensamientos, atrapada en

Liam Jones.Era una noche como ninguna otra, mi alma estaba impregnada de un nerviosismo que inundaba cada fibra de mi ser.Estrella, la mujer que había conquistado mis pensamientos y sueños, bailaba conmigo al son de una balada romántica.Era la misma discoteca donde nuestras miradas y destinos se cruzaron por primera vez.Su belleza era abrumadora, pero más allá de eso, había algo en su esencia que me llenaba de esperanza.—¿Estás segura? ¿Sin arrepentimiento? — le pregunté, sintiendo el latido de mi corazón.Las palabras parecían salir de mis labios como si las estuviera pronunciando por primera vez, temía de verdad lo que pudiese responder.—Totalmente —respondió ella, con su mirada fija en la mía. —Eres él que siempre esperé.Con esas palabras, toda la tensión que había acumulado durante días pareció evaporarse en un instante.Sentí que el tiempo se detenía, que el universo entero se alineaba para nosotros.Esa cita fue la mejor de mi vida; no solo porque estaba con Estrella, sin