PierreCerré la puerta de mi cuarto de golpe y arrojé las llaves sobre la mesa.La rabia aún me hervía bajo la piel, pero ya no era por Kiara.Maldición.Me pasé la mano por el cabello, respirando hondo, tratando de entender en qué momento todo se había desbaratado tanto.Ver a Kiara con ese lobo... fue un puñetazo en el estómago, claro. La idea de que ya no necesitaba a nadie de Boreal, que estaba dispuesta a arriesgarse por un extraño, todavía me carcomía.Pero eso no era lo que más me dolía.Lo que realmente no salía de mi cabeza era la mirada de Juliana cuando me gritó. Esa rabia en sus ojos, la voz entrecortada... y lo peor: el llanto que intentó esconder cuando se dio la vuelta.Maldita sea.Golpeé con fuerza el costado de la mesa, apretando los puños."Tal vez sea hora de madurar, Juliana."Las palabras martilleaban en mi mente como una sentencia.¿Cómo pude ser tan idiota?Era precisamente ese lado de ella... la sonrisa fácil, el carácter despreocupado, el brillo en sus ojos c

KiaraMe mordí el labio con fuerza, mis piernas se apretaron involuntariamente.La simple idea de que entrara aquí, buscándome, me dejaba sin aliento."Dudo que tengas el valor para eso", provoqué, con la voz más ronca de lo que quería.Del otro lado, oí una risa baja, casi un gruñido."¿De verdad quieres probar hasta dónde llego por ti, Kiara?"Mi pecho subía y bajaba a un ritmo descontrolado."Tal vez...""¿Tal vez?" su voz bajó un tono, lenta, arrastrada. "No tienes idea de cómo me estás poniendo ahora."Tragué saliva, apretando la almohada contra mi cuerpo."Tú tampoco."Silencio. Pero no un silencio vacío. Un silencio denso, cargado de tensión. Casi podía sentir su presencia allí, como si pudiera atravesar la conexión y atraerme hacia él."Kiara..." la voz llegó más grave, más cruda. "Si estuviera allí ahora, continuaría lo que estábamos haciendo en la cabaña."Mi loba aulló, enloquecida."Lo sé", susurré.Otro gruñido bajo vibró en la línea."Me vuelves loco. A cada segundo, se

JasonEstaba recargado en el costado de la cabaña, con la espalda pegada a la pared fría, mis ojos escaneando la oscuridad del bosque.El tiempo parecía no pasar.Con cada minuto que se arrastraba, la tensión dentro de mí solo aumentaba.Ella había dicho media hora.Ya habían pasado casi cuarenta minutos.Cerré los ojos, respirando hondo, tratando de controlar la creciente irritación."Maldición... ¿qué está pasando?"El lobo dentro de mí gruñía, inquieto.La ansiedad se transformaba en frustración con cada segundo que pasaba sin ninguna señal de ella."¿Y si alguien la atrapó? ¿Y si la siguieron? ¿Y si el Supremo se enteró?"El pensamiento me atravesó como una cuchilla.Mi mandíbula se contrajo. Apreté los puños."Joder, Kiara... no me hagas esto."Di un paso lejos de la pared, todo mi cuerpo en alerta.Mi respiración ya era más pesada. El lobo rugía dentro de mí, listo para salir en una búsqueda ciega si fuera necesario.Un minuto más. Solo uno más. Y ya no me quedaría allí esperand

KiaraMientras intentaba recuperar el aliento, él tenía los ojos cerrados, la respiración pesada contra mi boca.¿Y yo? Yo estaba hecha pedazos.Todo mi cuerpo suplicaba por su toque, por más de eso. No... yo necesitaba más.El hambre era cruda, desesperada, salvaje.Cuando finalmente se calmó un poco, abrió los ojos... y lo que vi allí me arrebató por completo.Sus ojos ardían. Ya no era solo deseo.Era un fuego primitivo. Puro. Salvaje.Antes de que pudiera escapar cualquier palabra, él tomó mi boca de nuevo, con un hambre tan brutal que me quitó el aire.Su lengua invadió mi boca con un dominio absoluto, explorando, tomando lo que era suyo.El sabor de él... caliente, fuerte, embriagador.Mi cuerpo vibró entero, y un gemido profundo escapó de mi garganta, sin que yo pudiera impedirlo.Mis dedos se clavaron en sus hombros, intentando anclarme, pero era inútil.Él me absorbía por completo... en la boca, en la piel, en el alma.Con cada movimiento de su lengua, con cada embestida cont

KiaraTodavía me resultaba difícil creer lo que acababa de suceder.Mi cuerpo aún temblaba... ya no por miedo, ni por nerviosismo... sino por una mezcla dulce e intensa de placer, agotamiento y un extraño sentimiento de plenitud.Él estaba allí, a mi lado, con un brazo relajado alrededor de mi cintura, como si me envolviera aun sin tocarme. Y mi loba... mi loba estaba en paz.Por primera vez, no había esa inquietud, esa sensación de que todo era una amenaza. Ella se acurrucaba dentro de mí, ronroneando de una manera que nunca había sentido.Cuando él dijo, con esa voz ronca y satisfecha, "eres perfecta", mi corazón dio un vuelco.Cerré los ojos, intentando contener la sonrisa tonta que amenazaba con escapar.Nadie nunca me había visto así. Desnuda, entregada. Mucho menos alguien como él y, aun así, Jason me miraba como si... como si yo fuera su mundo.Se sentó despacio, deslizando los dedos por mi piel con una caricia que todavía hacía ronronear a mi loba por dentro."Voy a buscar un