Punto de vista de AlaricUn fuerte dolor de cabeza me saluda cuando empiezo a despertar de mi sueño forzado. Me llevan unos lobos sin escrúpulos en una camilla improvisada; los golpes y los empujones empeoran mi dolor de cabeza y hacen que se me revuelva el estómago. Una oleada de náuseas me invade cuando pienso en que he desperdiciado la oportunidad de llegar hasta Raven para advertirla y decirle que lo siento. Me desmayo por el dolor de cabeza y me despierto más tarde, sin saber si han pasado dos horas o dos minutos. Tengo que escapar. Tengo que llegar hasta Raven. Gimoteo y muevo experimentalmente mis extremidades todo lo que puedo estando atado como un pavo. Parece que mi cabeza se ha llevado la peor parte del ataque, pero todos los músculos de mi cuerpo están agarrotados por haber estado tanto tiempo en la misma posición.El sol está bajando y oigo a los lobos renegados hablar de acampar para pasar la noche. Debemos estar muy lejos y la esperanza florece en mi pecho al pens

A la mañana siguiente me despierto un poco más tarde para no tener que ver a Rick alejarse. De todos modos, ha funcionado, ya que anoche lloré hasta quedarme dormida y me dirijo a la sala de desayunos para tomar un café con una buena dosis de valor líquido, pero me detengo en seco cuando oigo la voz ronca de Rick. —Es muy amable de tu parte, Lydia —dice. —Quiero asegurarme de que todos mis invitados estén bien atendidos —ronronea. Casi vomito en la boca al girar la esquina y verla acariciando el brazo de Rick de forma coqueta. «¿Esta mujer no tiene vergüenza? Tiene que tener al menos diez años más que él. Además, ¿por qué sigue aquí? Habría sido mucho más fácil para los dos si se hubiera ido ya».Tomo aire, me pongo una sonrisa en la cara y entro en la sala. —Buenos días a todos —digo con voz alegre. Preparo un plato del aparador y me siento frente a Rick. Por suerte, Joseph no aparece por ningún lado. Tengo la sensación de que si Rick se da cuenta de cómo actúa a mi a

Me despierto a la mañana siguiente en los brazos de Rick, con el sol brillando sobre nosotros a través de la ventana y una sensación de total satisfacción fluyendo por mi cuerpo. Me encantaría pasar el día en la cama con él, pero ahora que me he quitado un enorme peso de encima, me siento con energía y preparada para afrontar el día. Le dejo dormir y me meto en la ducha. Tarareo para mis adentros y estoy tan ensimismada que no me doy cuenta de que Rick se mete detrás de mí. Sus enormes manos se acercan a mis pechos y casi me sobresalto. Sin embargo, me recupero rápidamente y empiezo a frotar mi cuerpo contra el suyo de forma sugerente. Estoy muy contenta con su intromisión y aún más cuando se introduce directamente en mí contra la pared de la ducha. Intento agarrarme a las resbaladizas baldosas, pero es casi imposible. Rick me agarra por las caderas y comienza un ritmo implacable hasta el punto de que mis pechos se aplastan contra el azulejo y yo grito su nombre. No tiene pied

Me duele todo, desde la cabeza hasta los pies. Estoy agotada, confundida. No tengo ni idea de dónde estoy. ¿Por qué Evanora es la única persona que reconozco en esta habitación? ¿Por qué este hombre grande e intimidante, aunque muy guapo, me mira como si yo fuera la respuesta a todos sus problemas? ¿Por qué me siento tan atraída por él?Siento que estoy perdiendo la cabeza. Si a eso le sumamos el cansancio extremo, lo único que quiero es que todo el mundo me deje en paz. Excepto Evanora; de ella quiero respuestas. —¿Por qué no le damos un poco de espacio a Raven? —sugiere y yo podría besarla. Me siento tan aliviada de no tener que preguntármelo. La mujer y el hombre mayor salen de la habitación, pero el guapo duda. Sigue agarrando mi mano con fuerza y yo intento zafarme de su agarre. Me suelta de mala gana, se levanta, se detiene en la puerta con una expresión devastada y luego sale de la habitación. Me vuelvo hacia Evanora y me mira con simpatía.—Evanora, ¿qué está pasando?

—¿Srta. Raven? —llama Carl. El sonido de sus pasos acercándose hace que Joseph se aleje de mí rápidamente. —Hablaremos más tarde, mi amor —susurra y me lanza un beso antes de desaparecer de la vista. Me pierdo en mis confusos pensamientos, así que no me doy cuenta de que Carl se pone delante de mí. —¿Estás bien? Pareces un poco alterada —pregunta Carl.—Estoy bien, solo intento acostumbrarme a todo y orientarme en este lugar —respondo con un gesto de desprecio. —¿Puedo ayudarte a encontrar tu habitación? —pregunta dudoso. Pongo una sonrisa y miro su expresión de preocupación. —Sería estupendo —digo mientras le dejo que me guíe. Mientras caminamos, charlamos de cosas generales y encuentro un hueco para preguntarle por Joseph. Todavía no estoy del todo segura de en quién confiar, y sé que técnicamente trabaja para Rick, así que tengo que andarme con cuidado. —Antes de perder la memoria, ¿te parecían cercanos Lydia y Joseph? —pregunto con indiferencia. Me pone una c