Todavía no estoy preparada para enfrentarme a Rick. Corrí a mi habitación tan pronto como llegué a casa y he estado paseando desde entonces.

Todo mi cuerpo se ha calentado cuando lo he visto y me han dolido los brazos para abrazarlo. Necesito tiempo para pensar en lo que voy a decir. Necesito asegurarme de que mis emociones se mantienen bajo control y de que nos tomamos las cosas con calma.

Lo único que quería era correr a sus brazos en cuanto sintiera su presencia. Luego, los sentimientos de dolor y traición volvieron a surgir y tuve que alejarme. Debo encontrar la manera de mantener la distancia mientras resuelvo cómo vamos a avanzar.

Oigo que llaman a la puerta y, pensando que es Carl, abro inmediatamente. Pero no es Carl. Es Rick.

Se me seca la boca y me cuesta formar palabras. Debe de haberse aseado porque parece recién duchado. Tiene el pelo todavía mojado y veo que le brillan gotas de agua en el cuello y huelo un fuerte jabón varonil que desprende su cuerpo. Tiene la