Esa noche, una muy enfurecida Giorgiana había regresado a su villa sin tener éxito alguno en sus planes, más le habría valido lograr acostarse con su novio, porque una sorpresa le aguardaba en pocos días. — ¿Casarme...de nuevo? — Angelic se preguntaba si aceptar la propuesta de Aleskey a final de cuentas no era tan descabellado, sobre todo por el bebé. Ella podría vivir una vida tranquila lejos de Dimitrir, una vez que la supiera casada dejaría de molestarla, ¿Cierto? La futura madre debía proteger a su hijo, una vez que su ex esposo formalizará su relación con Giorgiana Ivanova, y se casara con ella, podría tratar mal al niño, todo lo que había escuchado sobre la socialité era que bebía demasiado en las fiestas, que era egocentrica y arrogante, pero sobre todo que solía ser de moral distraída. Solo que eso no le incumbia, era problema de Dimitrir ahora. A Angelic solo le importaba el bebé, su amor por su ex marido no le sirvió de nada más que no fuera para que él la desprec

El CEO ruso sintió que los intestinos se le contraían de la rabia. Su ex esposa llegaba en un bello vestido de diseñador color dorado claro. Le quedaba perfecto a la altura de la pancita, ella se veía adorablemente hermosa. La mirada gris de Dimitrir estaba por lanzar fuego al ver a su ex mujer que venía muy sonriente y conversando con él imbécil que fue su amante durante su matrimonio. El CEO Mendoza de inmediato leyó las intenciones de su casi compadre, él se le iba a ir encima a los golpes a De Russie, consideraba una burla que estuviera también en la iglesia. — Dimitrir, tienes que calmarte, es el bautizo de mis hijos, si peleas con ese hombre, Emma me va a culpar a mi por el desastre que provoques. Además recuerda que ella... Angelic ya no es nada tuyo. — ¿Quieres que permita que se burlen de mi? ¡Miralos, llegan tan sonrientes como si no fueran culpables de nada! ¿Por qué lo trajo aquí? ¿Tú lo invitaste, Rafael? — Preguntaba el ruso con los dientes apretados, — Po

Ya adentro, los importantes CEOS y sus esposas estaban sentados en las bancas, el sacerdote apareció y pidió a los padres y padrinos acomodarse en su lugar para comenzar con el sermón. Esto puso al CEO Darkok y a la bella arquitecta muy cerca. — Veo que tú no pierdes el tiempo, eh, te atreves a llegar del brazo con tu amante, muy risueña y conversadora. — El ruso no se aguantó a decir. — ¿Cómo estarías más conforme, que yo viniera sola y que tú traigas a tu novia la rubia sensual, esa que te llama baby. !Eres el colmo Dimitrir Darkok! — Respondió la pelinegra en voz baja. — No estamos hablando de mí, lo que tu haces es una falta de respeto, traer aquí al hombre con el que me engañaste. ¡la descarada eres tú, mujercita! — ¡Cretino!... — !Esposa de moral relajada, ahora resulta que te dió amnesia y te olvidaste que estabas casada conmigo, eh! — ¡El que se olvidó que tenía una esposa eres tú, pediste el divorcio y saliste corriendo a los brazos de la rubia de las bubis

En otra parte del salón, Angelic se encontraba conversando con Emma, Stella, Isadora, y Kei. Ellas platicaban su experiencia con sus bebés. — No sé que fue lo que pasó, Rafael y Emiliano son muy buenos niños, pero les dió un poco de miedo el sacerdote. — Explicaba la madre. — Se sonrieron amenazados y reaccionaron, siendo hijos del CEO Mendoza, es de esperarse su reacción. — Comentaba Kei. Ella era una hermosa joven rubia, con clase, educación y elegancia. — Yo creo que Alexander y yo debemos estar prevenidos para cuando bauticemos a nuestro hijo, no lo trajimos hoy porque se quedó con mis suegros, el CEO Sergey, y la señora Isabella, lo adoran. — La castaña Isadora, tenía unos ojos marrones divinos que eran la luz de su esposo, el CEO Alexander Ivanov. — Yo todavía no dejo de ponerme nerviosa en presencia del CEO Sergey, mi suegro es muy imponente. Aunque como abuelo es muy consentidor. — Stella, aterrador es tu padre, Lucano Black, es temido y respetado en el mundo de

La culpa, el arrepentimiento, sentimientos que nunca habían existido en su vida, ahora consumían al CEO Darkok, Pero él no era un hombre que se permitiera ser derrotado tan fácilmente. — Ya escuchaste a Angelic, no tienes cara para ponerte exigente, sí, el bebé es tuyo, pero... ¿Y qué...? Tú no me intimidas, no tienes idea de quién soy yo, como enemigo no soy nada piadoso, mientras Angelic me quiera a su lado, tu no lo podrás evitar, ¿Y que creés? Te voy a pelear al bebé, tu lo abandonaste, si no fuera porque esa noche los llevé al hospital, la criatura se habría perdido. — Ya dije que no estaba enterado que Angelic estaba en cita. ¿Por qué no me lo dijiste, Angy? — Preguntaba el hombre evidentemente molesto. — Ella tampoco lo sabía, se lo dijeron en la sala de urgencias, el doctor creyó que yo era el padre y me dió la noticia también, desde entonces asumí el rol de su esposo y padre del niño, ¿Porque... dónde estabas tú? Ah si, con la rubia. Mientras tú ex esposa que te imp