CAPÍTULO 134. Las grietas del refugio.
Capítulo 134Las grietas del refugio.Gabriel recorrió la sala como si midiera la distancia entre cada mueble y la pared, midiendo huecos, posibles cavidades, lugares donde podrían haberse escondido cualquier pequeño micrófono o cámara. Sus pasos resonaban firmes por toda la sala, cocina y terraza; el resto del equipo lo observaba en absoluto silencio.—Tenemos que barrer todo —ordenó en voz baja—. Cada habitación, cada enchufe, las lámparas, los detectores de humo. Debemos revisar todo el lugar, incluso los pasillos y el ascensor. Silvio ya había montado su banco de trabajo: una mesa con dispositivos, antenas pequeñas, un osciloscopio casero. No tardó en tener confirmación de lo que todos temían: señales débiles, microtransmisores con salida a relés que no estaban en la misma bodega sino dispersos en nodos que alguien había dejado como migas de pan.Empezaron por lo obvio: lámparas, cuadros, altavoces. Encontraron uno dentro de una falsa cajetilla del cableado de la cocina, otro det
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