Elena no sabía qué esperar esa noche, la invitación fue diferente, no hubo mensaje con órdenes estrictas. Solo un sobre negro sellado con cera roja, entregado en mano por un motociclista sin expresión. Dentro, una tarjeta “Confía, no preguntes, solo llega, 23:00, viste seda, nada más.” El vestido que eligió era corto, ceñido, sin tirantes. Transparente en ciertos ángulos. Llevaba una capa de seda negra sobre los hombros y el cuerpo desnudo debajo, tal como Dorian le había pedido antes en otras sesiones. Al llegar al club, fue conducida por un pasillo nuevo, más oculto, silencioso. La puerta era pesada, negra, sin marcas. El guardia no la miró a los ojos cuando la abrió. Dentro, la atmósfera cambió por completo, no era una habitación como las otras. Era una sala privada, más lujosa, luces cálidas, terciopelo rojo, alfombra gruesa, espejos estratégicamente colocados. Y en el centro, un sillón negro de cuero, sobre él, Dorian completamente desnudo. Su cuerpo reposaba con total a
Leer más