Zoe: —Lleva esto a la mesa cuatro. Asentí y tome la bandeja para dejarla en la mesa correspondiente. Aquellas personas me dieron una sonrisa de amabilidad que de inmediato correspondí, luego volví a la cocina para tomar un poco de agua. Estaba un poco agotada pero debía trabajar, necesitaba hacerlo para mi carrera y los gastos que tenía. —Hoy está lleno —escuche a Flavia, la dueña—, eso debe a ti. —¿A mi? —alcé una ceja— Lo dudo. —Claro que si, eres demasiado dulce, eres amable, atenta, además de hermosa. —Aprecio eso pero, lo hago porque es mi trabajo. —Aun así Zoe, eres demasiado dulce —ella rió—, ¿sabes? Deberias ser modelo, ya te lo he dicho varias veces. —Ah si, pero no... No quiero sonar única y diferente pero, ese mundo está lleno de vanidades y creo que no encajaría en esas cosas —me encogí de hombros. —Lo se, pero deberias aunque sea intentarlo, eres hermosa y toda esa belleza se desaprovecha aquí —me sonrio—, la agencia Praxton está abriendo audiciones, deberías ir
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