Al cruzarse con esa mirada vacía, bajó los ojos. Pero, en cuanto recordó que Ivana estaba internada, apretó la mandíbula, se dio media vuelta y salió sin decir nada. Alberto se quedó helado al verlo irse así. Llevaba tiempo sintiendo algo por Elsa, pero siempre había sido consciente de que estaba con ese novio de todo la vida…, a quien conocía desde la infancia. Por lo que decidió tragarse todo lo que sentía y lo guardó bien, como siempre. Durante mucho tiempo había envidiado ese hombre que ni siquiera conocía. Pero nunca, ni en sus peores pesadillas, imagino que, justo cuando Elsa más lo necesitaba, él elegiría irse con otra. La herida del brazo seguía sangrando, pero Elsa ni siquiera se inmutó. Seguía ahí, ida, con la mirada perdida… como si estuviera en otra parte. Y, verla así, no hizo más que apretarle el pecho. Alberto no podía imaginar cuánto la había roto Nelson… para que ella, que siempre sonreía, terminara así: apagada, sin alma.—Elsa… voy por unas gasas —dijo, ante
Ler mais