|CAPÍTULO 4¦Ambar:Miraba la comida que había sobre mi plato, era tanta comida qué no sabía cómo o por donde empezar, era tanta qué el hambre se me había quitado. Pero debía comerla, ser agradecida, porque hay personas que no tienen nada ahora.—Come —pidió Stefan.Asentí, luego empecé a comerme toda la comida, aun pensaba y trataba de asimilar todas las cosas que me han dicho, entonces los rumores de que son inmortales eran ciertos, en el pueblo se dice que hicieron un pacto con el diablo para obtener la inmortalidad, otros decían que eran hechiceros, pero jamás pensé que esos rumores serían ciertos, ahora que lo pienso, recuerdo una vez que vi al rey Zarek caminar por el pueblo, yo a penas era una niña cuando eso sucedió y Lucía exactamente como luce ahora, no ha cambiado nada. Ahora que sabía la función qué haría dentro del palacio, me sentía cohibida, pequeña bajo la atenta mirada de sus concubinas, no era para menos, soy una recién llegada y estoy aquí de la nada, quizá para ell
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