DamonLa mañana es oscura, el cielo cargado de nubes gruesas. El aire es pesado, saturado con la tensión de la noche anterior. La cabaña está sumida en un silencio opresivo, solo perturbado por la respiración corta de Alina contra mi pecho.Ella duerme, pero su rostro está tenso, como si su mente aún estuviera encadenada a lo que Ezra le hizo. Mi brazo está alrededor de su cintura, mis dedos acariciando inconscientemente la curva de su espalda. Su piel está fría, demasiado fría.Cierro los ojos, mi mandíbula se tensa bajo la rabia impotente que me consume. Ezra. Ese bastardo se atrevió a marcarla, a atarla a él. Y ahora, ni siquiera puedo matarlo sin arriesgarme a perderla también a ella.— ¿Estás despierto?La voz de Alina es débil, apenas un susurro. Bajo la mirada y encuentro su mirada. Sus pupilas están dilatadas, una luz oscura en el fondo de sus iris dorados.— Sí, murmuro acariciando su cabello. ¿Cómo te sientes?Ella esboza una débil sonrisa.— Como si una sombra me rozara baj
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