POV Franco Despierto poco a poco y comienzo a oler ese perfume tan familiar que ahora tengo tan bien impregnado en mis fosas nasales. Abro los ojos por completo y veo esa linda cara. Me quedo observándola sin despertarla. Sus lindas pestañas largas y rizadas que tiene se ven tan hermosa y más verla así dormida se ve tan tranquila. Pero tengo que levantarme; hay cosas que debo de hacer, así que con mucho cuidado me levanto de la cama sin despertar a mi linda Evolet. Pongo mis pies en el suelo de la habitación de Evolet. Comienzo a vestirme con la misma ropa que traía anoche. Cuando por fin termino de vestirme, volteo a ver a Evolet, que está de espaldas a mí. De tan solo ver todas esas cicatrices que lleva en la espalda me hace sentir una enorme impotencia y un enorme enojo. Pero a la vez me hace dudar en algo en que sé que no debo de meterme. Alejo esos pensamientos de mi mente y me acerco con cuidado a Evolet, tomo la sábana y cubro por completo su cuerpo. Al terminar de hacer e

El jet aterrizado en Alemania salgo por la puerta, pero antes de bajar los escalones, me quedo contemplando el paisaje y recordando cosas de mi pasado.Cierro mis ojos de repente al llegar a mi mente una imagen de cómo mataban a mi padre frente a mí.—Señorita, ¿se encuentra bien? —escuchó la voz de uno de mis hombres.—Sí, mejor que nunca —miento.Empiezo a bajar las escaleras hasta llegar abajo y continúo caminando hacia donde está el auto que está esperando por mí. El chofer me abre la puerta y yo subo. Él cierra la puerta y veo cómo entra al asiento del piloto.Pone el auto en marcha; yo veo por la ventana contemplando el paisaje de Alemania. A mi mente comienzan de nuevo a llegar los recuerdos que tengo de este lugar.“Venga mi muerte, Evolet”, escucho la voz de Carol que suena en mi mente. Cierro mis ojos, intentando contener ese recuerdo de ver a mi amiga muerta.“Prometiste vengarme”, vuelvo a escuchar su voz de nuevo.—Te prometo que ahora que esté aquí iré por ellos.—Señori

POV AlexanderLlevo varios meses en este país por una misión y tengo que fingir que soy un maldito delincuente. En el cuartel me crearon una falsa identidad para poder ver a cada uno de estos hombres que son una bola de criminales.Aunque en estos momentos estoy por órdenes, porque si fuera por mí ya había arrestado a todos estas ratas, pero las órdenes de mis superiores todavía no las obtengo; ellos quieren que atrape a un pez gordo y estos solo son charales.Pero desde que veo a todos estos criminales, una ira se apodera de mí al recordar cómo mataron a mi padre y le prometí que encontraría a esa alimaña que le quitó la vida y lo encerraría para siempre.No me gusta mucho el juego y además no desperdiciaré mi dinero en estas artimañas que están llenas de engaños y donde todo ese dinero está manchado de sangre.—¿Qué ves, Alexander? —escucho la voz de mi amigo Cesar. Él está en otra parte del casino, también en busca; él es mi compañero.—Todo sigue igual, sin novedades, y deja de us

Han pasado varios minutos desde que estoy en este auto; me la he pasado viendo de reojo al hombre que está en el volante, pero no voltea ni a verme, y eso no sé si sea una señal de que algo va mal o solo me estoy metiendo ideas a la cabeza.“No podrás hacerlo, tú solo eres una fracasada”, escucho la voz de Riccardo de nuevo en mi mente.—Cállate, hijo de puta. Te demostraré tanto a ti como a todos que están equivocados, así que largo de mi mente —digo en susurro para que nadie escuche.Cierro mis ojos e previa intento controlar mi mente de esas voces indeseadas que pasan por s y no dejaré que Leon crushing apodere de mí.—Señorita, hemos llegado —me dice el chofer.Abro mis ojos y veo hacia donde he escuchado que proviene la voz del hombre y noto que hasta ha abierto la puerta. Intento disimular que nada pasó.—Gracias —le digo.Abro la puerta del auto y pongo mis pies en el suelo empedrado; comienzo a caminar hacia donde veo a mi objetivo parado al lado de la puerta de su enorme casa

POV EvoletContemplo los ojos verdes de este hombre. Una enorme rabia se apodera de mí. Y algo queda claro: no dejaré que esto se quede así.Así que sin más me pongo de pie con la cabeza en alto. Pero sin apartar la mirada de este hombre.—Qué sorpresa, chico bueno —saludo tragándome mi ira.—Todavía sigues pensando que soy un chico bueno. —Él sigue peleando eso conmigo.—Hasta que me demuestres lo contrario, no dejaré de decirte así —le aclaro.—Pues este chico bueno te ganó tu objetivo. Nosotros aprovechamos todas las oportunidades. Y tú fuiste esa oportunidad —menciona y eso me hace enojar.Me acerco a él poco a poco. Veo que me apunta con su arma, pero no me dispara. Simplemente me mira a la vez que me apunta. Me acerco y pongo mi mano en el arma. Haciendo que esta la baje y si efectivamente hace lo que yo quiero.Así que eso me da la oportunidad de acercarme más y más a él hasta quedar a pocos centímetros de su oído.—A mí nadie me usa sin mi consentimiento. Así que esto te lo me