El Alfa Jones regresó hecho una furia a su castillo, esa loba le había echado en cara su traición hacia con su manada. Pero ellos no entendían que no podía quedarse de brazos cruzados viendo como otro Alfa le arrebataba el trono que siempre había codiciado, ese era su sueño, y una vez que lo consiguiera, buscaría la manera de deshacerse del molesto rey de los vampiros. Lo que el Alfa no sabía era que apenas lograrán su cometido, él sería el destruido, los vampiros apenas podían esperar para dejarlo seco y quemarlo. — ¡Ese maldito Alfa metido vino aquí y se llevó a los cachorros de mi territorio! ¿Cómo se atreve ese imbécil a venir a vigilar a mi manada? ¡Siempre haciéndose el héroe, ganándose la aprobación de todos como si fuera perfecto! — ¿De quién hablas, Preston? Solo vociferas, ¿A dónde fueron los cachorros? ¿Quién se los llevó? Se han burlado de nosotros, has sido muy descuidado. Ahora tendré que actuar yo, mi clan va a arrasar con quien sea que se oponga a mí, pero sobr

El Alfa apareció en su caballo con una bella loba. Ella se pegaba a su pecho, había muchos Alfas ahí, y sus auras se podían sentir poderosas. — Alfa Salvatore, ¿Es ella una loba de la manada del Alfa Jones? ¿La ha rescatado? — La encontré cuando estaba tratando de huir del territorio de Preston Jones, ¿Quién no querría escapar de ahí si se están bebiendo su sangre? Pero además de eso, les comunico que la diosa luna ha puesto a mi compañera en mi camino, esta bella loba que ven aquí, es mi compañera destinada. Los Alfas dejaron escapar un sonido de asombro de sus gargantas, era sencillamente impresionante que la diosa le haya dado su destinada al Alfa en este lugar tan apartado, tan poco probable que hubiese una chica. — Felicidades Alfa, la diosa luna lo ha bendecido. Fué la respuesta de los reyes de manadas que lo acompañaban. Solo de preguntaban que pasaría con la luna, quedarse era demasiado peligroso. Petya metió con él a la loba a su casa de campaña. La puso sob

Todos los Alfas sabían que Petya Salvatore era valiente, y que le costaba mucho dejarles, si no fuera porque su luna significaba su vida, él definitivamente no se iría. El punto de vigilancia del cuarto hermano Salvatore, estaba cerca del punto de vigilancia de Leonardo, él y su luna cabalgaban hasta allá. Justo llegaban cuando el sol ya había caído, los reyes que acompañaban a su hermano se sorprendieron al verlo llegar. — Alfa Salvatore... Qué sorpresa. ¿Los demás... ellos están bien? — Preguntaban los valientes lobos. — Si, sabemos que el clan ha terminado de despertar, pero no hemos sigo atacados todavía, ellos están bien, estoy aquí por un asunto personal, ¿Dónde está mi hermano? — El rey se encuentra en su casa ase champaña con su beta Patricio. — Bien. Adisson, ven conmigo, espera aquí un momento, hablaré con mi hermano. — El lobo sentó a su luna en un tronco cerca de la fogata. — Que nadie la moleste. — Ordenó después. — Petya... — No te asustes, son A

Alejandra puso su mano en su vientre hinchado, atesoraba cada carta que le enviaba el Alfa, aunque estas habían sido muy pocas. Comenzaba a leer con ansias y nervios, se preguntaba que querría decirle. *" Alejandra, te he podido sentir todas las noches, sé que estás triste, que temes que no vuelva a ti y a los cachorros, no te voy a mentir. Las cosas son mucho peores de lo que yo pensaba, es momento de hablar de una despedida. La reina llevó una de sus manos a sus labios para acallar el grito de dolor, más sus lágrimas comenzaron a caer como cascadas cristalinas por sus mejillas. Está vez no estamos seguros de poder ganar está batalla, Así que quiero que tomes a los cachorros y vayan a la manada Luna De Plata, busques a mi delta Gregory, le dirás que los lleve a mi avión privado y saldrán de inmediato al mundo de los humanos, llevarán con ustedes los tesoros que guarda el reino. Quiero que nunca pasen por necesidades. Qué puedan vivir como la familia real que son. Permite

Los vampiros buscaban a los lobos, podían sentir ese aroma peculiar de sus enemigos ancestrales. sabían que estaban cerca y que seguro se encontraban en el bosque. En los diferentes puntos los Alfas ya estaban alertas, sus ojos brillaban en la oscuridad. Bajaron por separado rodeando el territorio del Alfa Jones. Fué entonces que los lobos ya no pudieron ocultarse más, ellos salieron a caerles frente. En un claro el tercer hermano, Damiano Salvatore, salía de entre los árboles. — ¿Nos estaban buscando? Aquí estamos. — Los vampiros que eran bastantes vieron la figura del poderoso Alfa. Con solo verlo se sabía que era un guerrero, algo les decía que no sería sencillo vencerlo. Pero su arrogancia podía más que admitir el poder de un licántropo. (...) El Alfa Angelino también salió a enfrentarse con los no muertos, los Alfas que lo acompañaban mostraban sus colmillos aunque todavía no dejaban salir sus garras. — Los hemos estado esperando, menos mal que no se demoraron