Me fui volando al Instituto de Entomología para pedirle ayuda a mi esposo, con la esperanza de salvar a mis suegros, pero ni siquiera me dejaron pasar. Un guardia me bloqueó el paso de inmediato. —El director Moreau no atiende fuera del horario laboral. Por favor, retírese.Desesperada, le expliqué que era un tema de vida o muerte, y solo así me dejó entrar de mala gana.Mi esposo, Alain Moreau, estaba sentado en su oficina con las piernas cruzadas, tomándose un café como si nada.—¡Alain! ¡Ven conmigo, rápido! ¡Mis padres se están muriendo!—¿Y ahora qué pasó? —preguntó Alain, con voz ronca, alzando la vista—. ¿No sabes que a esta hora no atiendo ningún tema personal?—¡Los picó una avispa reina, están muy graves! —insistí, jadeando. —¿Y eso qué me importa? —inquirió con tono de burla—. ¡Llévalos al hospital!—Además, en un rato tengo que ir a ver a los padres de Juli. No tengo tiempo para tus bobadas.Ni tuve tiempo de ponerme furiosa, solo grité:—¿¡En serio!? ¿¡Con todo
Leer más